Si este blog es de cosas que aprendo, creo que es vital que os cuente que en estos años he aprendido que una de las cosas más importantes para conseguir lo que quieras en la vida es no poner límites a tus sueños. A ver si lo explico:
Una de las reflexiones que más ánimos me da siempre para intentar todo lo que se me pasa por la cabeza es esa de
"hay que intentarlo, total, el NO, ya lo tengo"Es una forma no sólo de ser consciente de que lo más plausible es que me digan que no, sino que además no tengo absolutamente nada que perder... siempre puedo aprender cosas en el camino.
Por eso, por ejemplo, creo que hay que intentarlo en todas las convocatorias desde que puedo pedir cosas, por eso me fuí a Inglaterraq sin saber inglés, por eso me presenté a la plaza que tengo, por eso he intentado presentarme a cuanta cosa se me ha pasado por delante, por eso lo intento todo... Eso sí, trato de hacerlo con algo de responsabilidad detrás. Es decir, si me embarco en algo que es evidentemente más grande que yo (cosa que hago casi todos los días), intento responder con todo mi esfuerzo y mi trabajo para que, aunque el resultado siempre pueda ser mejorable, sea lo mejor que he podido dar de mi... que en eso nunca me quede duda (verguenza torera).
Durante el año pasado he tenido más de una muestra de que ese tipo de "filosofía" de osadía y "morro" tienen su recompensa, básicamente quien no arriesga es imposible que gane. Yo n apuesto a la lotería (en ella sólo se puede ganar dinero y no se relaciona ni mínimamente con mi esfuerzo, así que no tengo ninguna posibilidad), apuesto a lo que me ilusiona, aunque sea muy remoto.
Pues ayer, día en que vienen los 3 Reyes Magos a España y nos traen regalos a los que hemos sido buenos ;-), me convencí de que tengo que seguirle echando esas mismas ganas y ese mismo morro a la vida.
Como siempre, prefiero no dar nombres ni poneros ante realidades evidentes, pero trataré de explicarlo:
Pensad en el "pope" más pope de aquello a lo que os dediquéis... no le conocéis de nada. Ha colaborado en alguna cosa en la que tu hayas colaborado, pero seguramente vuestro lazo es el mismo que con el papa de Roma, ambos habéis ido alguna vez a una iglesia (eso a los que hayáis ido ;-)). Pues bien, imaginad que decidís emprender una empresa -de hecho estáis haciendo una propuesta de empresa para que os la financien- pequeña, modesta y que tenéis muchas posibilidades de que NO os la financien (crisis y que sois pequeños además), pero decidís pedir a ese pope (y a otros más, pero que sí conoces) que se una a vuestra causa por el mero placer de participar (no money, no viajes, nada).
Pues yo he hecho eso... jeje, y le mandé un correo a varios amigos popes y al susodicho pope (GS) que no conozco de nada. Los amigos dijeron que sí (amigos son) y, ayer y en contra de todo pronóstico, el pope respondió y dijo que sí.
¡Ey! alguien como él respondió a mi mail y ¡¡dijo que si!!!
Reconozco que no es la primera vez que un pope me sorprende, mis gurús tienen la costumbre de bajarse de sus pedestales e invitarme a café... pero no por ser ya costumbre, deja de sorprenderme! gratamente además...
Que alguien con semejante nombre, posición e historia, responda a una hormiguilla como yo... pues demuestra no sólo la calidad personal del susodicho, sino que de no haberlo intentado, no sabría esto que sé ahora.
A veces es difícil ser osado y atreverse, especialmente porque quien se atreve suele ser quien se equivoca, pero si nunca te atreves nunca llegarás... y si lo haces -llegas- te habrás perdido toda la emoción del camino.
Hoy, sigo pensando que el sentido de la vergüenza o del ridículo son lastres, hay que intentar siempre hacerlo lo mejor que sabes, pero sobretodo hay que atreverse a hacerlo.
El mundo es de los osados... los osados viven, los demás sobreviven. Esa es la moraleja...
Yo, al menos, espero seguir intentando "osar" :-)
Por cierto, gracias GS, por decir que sí ;-)