Hace dos años dejé Inglaterra después de una intensas estancia de investigación en el Knowledge Media Institute de la Open University en Milton Keynes. En aquel momento este blog supuso para mí una vía para mantener una especie de portafolio personal sobre lo que significaba -especialmente en términos vitales- cada día (semana) de mi vida lejos de casa y cuando dejé Milton Keynes dejé tambien “abandonado” el blog. .
Pues bien, hoy volvemos a la carga, hoy he vuelto a empezar.
Hoy, y durante las dos próximas semanas, estaré en el Departamento de Educación de la Universidad de Oxford realizando una estancia.
No son 4 meses, es verdad; no llego sin hablar inglés, eso ya es pasado; ahora ya no tengo mi querida beca de investigación (a cambio tengo casi 500 estudiantes jeje); pero tengo la misma sensación de volver a empezar... hormigas en el estómago, extrañeza de no estar en casa, con Ale... sensación de enorme responsabilidad profesional y personal... en fin... como la primera vez, pero con parte del camino ya hecho.
A partir de aquí empieza de nuevo otra aventura :-P
Pues veamos: el sitio en el que me alojo es la casa de una pareja de semi-jubilados de la universidad (lo de estar semi-jubilado no lo entiendo, pero vale, son ingleses, así que asumo que no voy a entenderlo todo) que alquilan habitaciones a visitantes de otras universidades por recomendación de los departamentos. La casa es antigua, muy antigua, pero parece haber sido habitada siempre; es decir, mantiene toda su estructura casi intacta e incluso algunas ventanas con cristales de esos que por antiguos no son lisos del todo, sino que tienen imperfecciones.
La persona que lleva la casa –que no es la dueña- es una mujer de esas que no tienen edad... entre los cuarenta y muchos y los cincuenta y pocos. Sobria hasta el extremo. Acento inglés impresionante (por correcto digo yo), volumen de voz más que correcto y que nada más recibirme me hizo notar exactamente “donde estoy” haciéndome un recuento de quienes eran los otros huéspedes de la casa (“un académico canadiense, otro de estados unidos” -no lo llamó americano, cosa que me sorprendió-, “y mañana esperamos a otro caballero”), además de indicándome la forma correcta de cerrar y abrir las puertas sin hacer demasiado ruido jejeje... todo muy inglés.
La habitación es muy confortable. Es amplia, luminosa, tengo casi de todo: tele, microondas y frigorífico, algunos cubiertos, tazas y platos por si quiero tomar algo en la habitación (el desayuno es la única comida incluida en el alojamiento), wifi (aunque va de aquella manera), escritorio (boureau para ser exacta), un sofá y mi cama, y estoy en la planta 3 de la casa con una ventana hermosa a la calle.
Una vez llegada y deshecho el equipaje, me he ido a dar un paseillo por el centro, a visitar los lugares ya conocidos y a ver que todas las cosas estaban en el mismo sitio que la última vez. De vuelta a casa he entrado en "The Eagle and Child" (es un pub muy típico de Oxford, donde eran habituales Lewis Carrol y Tolkien... si, los de Alicia y Frodo respectivamente) y me he tomado media pinta de cervecita y me he venido a casa (la cena hoy no era menester... he comido mucho, as usual jeje).
Mañana tengo cita con el jefe del grupo de investigación en e-learning que va a ser mi anfitrión aquí... la verdad es que estoy un poco nerviosa, no es ningún pintado, y mi objetivo es aprender lo más posible, y para eso debo convencerle de que puede enseñarme cosas y podemos trabajar juntos en el futuro... y la primera impresión es clave…buf!... quién sabe... que nervios!
Nunca mejor dicho: "amanecerá y veremos" o más de cine "Mañana será otro día y sabré qué hacer"...
Pues eso: “Buenas noches señorita Escarlata”.